Veinte años después de la aprobación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la mujer, la paz y la seguridad – pidiendo que se reconozcan la importancia de la participación de mujeres y niñas y la inclusión de la perspectiva de género en situaciones de conflicto (guerra), negociaciones y reconstrucción de la paz, y que se adopten medidas para el cambio – los conflictos y las luchas continúan desestabilizando a las comunidades y afectando a mujeres y niñas de manera desproporcionada.







